Presentación de Mal Comidos en Posadas |
A raíz de haber asistido a la presentación del libro Mal Comidos de la autora Soledad Barruti en Eldorado, (Misiones), pude conocer la situación de la producción alimentaria en Argentina y como en nuestra provincia aún somos privilegiados por tener acceso a una producción más artesanal de mano de los agricultores locales. De eso quiero hablarles hoy, además de la oportunidad que representa para la imagen del destino turístico Misiones posicionarse con la oferta de una gastronomía regional orgánica.
Alumnos italianos, Soledad Barruti y Slow Food Posadas recorriendo Mnes |
La autora del mencionado libro también hizo su presentación en Posadas. Allí estuvieron presentes alumnos de la Universidad de Bra (Italia), quienes junto al Movimiento Slow Food Internacional a través del Convivium Posadas hicieron un recorrido por distintas chacras agroecológicas de la provincia y aprendieron sobre la gastronomía misionera.
Mal Comidos, es un libro que habla de cómo fue cambiando la industria alimenticia en Argentina apuntando a la cantidad y no calidad. Se trata de una producción intensiva (en poco espacio se produce mucho) que sólo es posible mediante el uso de una enorme cantidad de agroquímicos y antibióticos (así se logra ubicar 30 mil gallinas en un galpón). Esto impacta en la calidad de los alimento: contienen menos de lo que nos hace bien (menos vitamina, betacaroteno, omega 3) y más de lo que nos daña (grasas saturadas, colesterol, bacterias). La producción intensiva responde al avance arrollador del cultivo de soja en nuestro país (hoy ocupa 56% de nuestras tierras cultivables), que robó espacio a la tradicional producción extensiva que caracterizaba a Argentina (vacas caminando y pastando en enormes extensiones de campo), la cual se transformó en corrales de engorde (las vacas no se mueven, tienen más grasa y retención de líquidos) que impactan directamente en la calidad de la carne que consumimos.
La situación en Misiones es más esperanzadora que en el resto del país, debido a que no ingresó el cultivo de la soja. Las ferias francas, donde los productores locales venden sus cultivos directamente al consumidor, son una fortaleza que tenemos como provincia. Allí podemos hablar con quienes producen e interiorizarnos sobre cómo lo hacen. A pesar de que los agricultores aquí utilizan agroquímicos, existen también opciones agroecológicas u orgánicas, donde solo se utilizan productos naturales.
Debido a esta particularidad que se observa en la producción alimenticia de Misiones, creo que existe la oportunidad de posicionar a una gastronomía que además de regional sea orgánica, un aspecto muy valorado fundamentalmente por los extranjeros que saben lo valioso (y dificil de obtener) de una buena materia prima.
Para ello se deberían realizar diversas acciones desde el Estado. Por un lado, apoyar a la producción alimenticia local, favoreciendo las practicas ecológicas (no al uso de pesticidas químicos), los cultivos de estación, creando conciencia en los consumidores sobre el valor de esta producción. Por otro lado, asegurar el abastecimiento con producción local a los establecimientos gastronómicos, y trabajar en la generación de una marca o sello de calidad que identifique a los establecimientos que ofrezcan una propuesta regional y orgánica.
Actualmente existen establecimientos que brindan esta propuesta gastronómica, los cuales considero deberían ser más promocionados, porque parten del respeto por el medio ambiente y ayudan a generar consciencia sobre esto mismo. Hay mucho por hacer en este sentido, pero lo que destaco en medio del panorama cuasi apocalíptico de la alimentación mundial, es que en Misiones tenemos lo necesario para Bien Comer.
Gracias por las fotos a Cristina Ryndycz, socia del Convivium Posadas de Slow Food Internacional.
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